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miércoles, 14 de diciembre de 2011

CARICIAS, LAS LLAVES DEL PLACER

¿Qué es el sexo sin caricias? Evidentemente, nada.
¿Cómo tocar al otro? Depende de lo que le guste.
¿Cómo saberlo? Probando, preguntando y fijándote en cómo responde su cuerpo (Una posible pista: uno acaricia cómo y dónde le gustaría ser acariciado).
Nuestro cuerpo es un campo de juego plagado de áreas sensibles al tacto. ¿Zonas erógenas? las que quieras. Todo nuestro cuerpo lo es, desde nuestro cabello hasta la punta de los pies. Es cuestión de recorrerse el uno al otro y, si aún no las conocemos, descubrir esas zonas.
No sigas el típico ritual: dos besos, cuatro caricias en los senos, tres en el pubis y pene dentro; las caricias y masajes son infinitos y tan variados como lo sea nuestra imaginación.
Basta con que tengas en consideración unos consejillos:

  •   Lo primero, nada de móviles, Iphones y similares, ha de ser un ambiente relajado y agradable. 
  •   No sólo sirven tus manos; tienes labios, nariz, pechos, vientre, pies, cabello...Y puedes utilizar algunos objetos como plumas, perlas, pinceles...
  •   Si quieres puedes utilizar aceite, crema o loción que permita trabajar el cuerpo.
  •   No muevas tus manos sin ton ni son. No saltes de una parte del cuerpo a otra, ha de ser fluído.
  •   Prueba diferentes toques y grados de presión, observa cómo reacciona y qué es lo que más le gusta en cada zona.

LAS CARICIAS MÁS SENSUALES:


La Araña. 
Desliza los dedos al ritmo que te parezco más sugestivo desde el cuello hasta la zona interior de los muslos, imitando el caminar de una araña. A medida que los dedos avanzan, presiónalos sobre la piel. Cuando llegues a los muslos perfila el vello púbico.


El Trenecito.
Conduce los dedos por el cuerpo de tu amante como si de un tren se tratara, subiendo y bajando por el cuerpo, desde la planta de los pies hasta el cuello.


El Lápiz.
Dibuja con tu dedo índice las más variadas y fantansiosas figuras que tu pareja tendrá que adivinar. Un juego de amor y pasión.


El Piano.
Mueve tus dedos sobre la parte del cuerpo que deseas estimular componiendo tu propia melodía de seducción. Desde los ritmos más excitantes y sensuales hasta los más tranquilos y gozosos.